
Es ella recordamos que en su seno nació la Madre del Redentor. La familia humana acoge el misterio que los profetas quisieron ver y oir. En su hija María Dios dio la bendición a todos los pueblos.
Hoy se recueredan a los abuelos, aquellos a quienes debemos el cariño. Muchas lecciones de sabiduría y paciencia y esperan de nosotros nuestro amor filial.
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